Con la dimisión de Santos Cerdán, el caso Ábalos reabierto, la UCO en la sede del PSOE, y una agenda institucional paralizada, el presidente del Gobierno enfrenta su mayor crisis desde que llegó a La Moncloa. Su falta de explicaciones y el cierre en falso de los escándalos recuerdan a los peores momentos del PSOE en los años noventa.
Mientras los españoles asisten atónitos al deterioro de la imagen del Ejecutivo, crece la sensación de que Pedro Sánchez ha perdido el control, no solo del Gobierno, sino de su propio partido. La regeneración institucional no puede esperar más.
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